“El aroma de la Navidad: Neuromarketing olfativo y memorabilidad de marca”

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Publicado en diciembre 6, 2025

El aroma invisible que vende.

Cada diciembre, las plazas comerciales y tiendas departamentales se impregnan del olor a pino fresco, canela o especias. Es un detalle aparentemente sutil, pero tremendamente poderoso: detrás de este recurso existe toda una estrategia de marketing sensorial que se apoya en la neurociencia. El olfato, más que cualquier otro sentido, conecta directamente con la memoria y las emociones. En un entorno donde la atención del consumidor está saturada por estímulos visuales y digitales, el aroma se convierte en un diferenciador silencioso pero eficaz.

El impacto cerebral del aroma: sistema límbico y recuerdos

La ciencia lo respalda: el sentido del olfato está íntimamente ligado al sistema límbico, la región cerebral encargada de gestionar las emociones y los recuerdos.

A diferencia de la vista o el oído, que pasan por un proceso de análisis más racional, los estímulos olfativos viajan directamente a estructuras como la amígdala y el hipocampo, detonando respuestas emocionales inmediatas y memorias vívidas.

Por eso, al percibir el aroma de pino en una tienda, muchas personas experimentan un “viaje en el tiempo” hacia navidades pasadas, reuniones familiares o momentos de felicidad. Esta evocación emocional incrementa la memorabilidad de la experiencia de compra y genera una asociación positiva hacia la marca.

La Neuropirámide de Romano nos ofrece un modelo práctico para comprender cómo los estímulos olfativos se convierten en decisiones de consumo:

  • Nivel Atencional / Sensorial: el aroma impacta directamente en los receptores olfativos y activa rutas neuronales inmediatas.
  • Nivel Emocional: se despiertan recuerdos, nostalgia y emociones vinculadas con la festividad.
  • Nivel Cognitivo: la experiencia emocional se asocia con la marca o el espacio, aumentando la predisposición positiva hacia sus mensajes.
  • Nivel Regulación / Conductual: la emoción se traduce en acciones: mayor permanencia en tienda, disposición a comprar o incluso compartir la experiencia en diversos medios como por ejemplo redes sociales o el boca a boca.

Este recorrido muestra cómo algo intangible —un olor— puede detonar procesos profundos en el cerebro que terminan influyendo en el comportamiento de compra.

Marketing olfativo en acción, “El caso de la Navidad”
En temporada decembrina, los centros comerciales compiten no solo con promociones y escaparates, sino con experiencias memorables. Al generar un ambiente olfativo coherente con la festividad, se logra:

  • Mayor engagement emocional con los clientes.
  • Asociación positiva de marca con la calidez y tradición navideña.
  • Incremento en tiempo de estancia en los espacios físicos, lo que se relaciona con un mayor ticket promedio.

En otras palabras: el “aroma de la Navidad” no es casualidad, es una estrategia diseñada para activar el cerebro del consumidor en favor de la marca.

Lo invisible también construye marca
En un mercado hiper competitivo, diferenciarse no siempre depende de la publicidad más vistosa o la promoción más agresiva. A veces, la clave está en un recurso invisible pero profundamente humano: el olor. El neuromarketing olfativo demuestra que las marcas que logran diseñar experiencias sensoriales coherentes no solo venden más, sino que permanecen en la memoria del consumidor de una manera más sólida.

El aroma de la Navidad es, entonces, mucho más que un detalle estacional: es una estrategia de neuromarketing que conecta con lo más profundo del ser humano y que convierte a las marcas en parte de los recuerdos más significativos de las personas.

En Neuromarketing ayudamos a las marcas y a los ejecutivos de marketing a evaluar y encontrar el aroma adecuado para sus estrategias sensoriales. Porque la diferenciación no siempre se ve… a veces se respira.

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